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Normalmente siempre se relaciona tu posible afición al fútbol con el equipo donde naces. Luego, con el tiempo uno se hace más mayor y se convierte en seguidor de los grandes clubs, pero en Bizkaia es diferente. La sociedad tiene grabado el nombre de Athletic Club en la sangre. Y es que su especial filosofía en la que sólo pueden jugar en sus filas jugadores que provienen de la propia cantera y los formados en clubes vascos hace que esa unión sea más fuerte si cabe que en otras localidades del Estado español.
De esta manera, el Athletic Club está considerado más que un club de fútbol, es un sentimiento de fidelización hacia una institución de la que todos los vizcaínos y gran parte del resto de los vascos sienten parte suya. De hecho, el club es uno de los cuatro equipos del Estado que no es una sociedad anónima deportiva, por lo que la propiedad del equipo recae en sus socios.
El conjunto rojiblanco (esos son sus colores) está considerado como uno de los clubs históricos del fútbol del Estado y es el único, junto al Real Madrid y el FC Barcelona , que nunca ha descendido de la máxima categoría. En sus más de cien años de historia, lo que le convierte en el equipo más antiguo de la primera división y el segundo de todo el Estado, el club ha conseguido 8 títulos de liga y 24 de la Copa del Rey, lo que le define como uno de los conjuntos más laureados del panorama futbolístico. Además también ha jugado numerosas finales. Las dos últimas, la de la Copa del Rey y la de la Europa League, la temporada 2011-2012.
La filosofía del Athletic de ser, principalmente, un club de cantera ha hecho que de sus instalaciones deportivas hayan salido jugadores que han hecho historia tanto en la competición doméstica como a nivel internacional. Quién no recuerda a Pichichi, nombre con el que se reconoce al máximo goleador de la competición del Estado, y primer gran goleador rojiblanco o Zarra, hasta hace poco máximo goleador de la historia de la competición.
Toda esta gran historia no hubiera sido posible sin la fiel afición que acompaña al equipo en todos los partidos, tanto en la competición estatal como en la continental. Cada vez que se disputa un partido, la mayoría de comercios de Bizkaia se engalanan con banderas rojiblancas, y los aficionados acuden en masa a las calles aledañas al estadio de San Mamés para intercambiar opiniones sobre el partido, la trayectoria del equipo, disfrutar, y a veces sufrir, del juego de los “leones” (como son conocidos a los jugadores rojiblancos), en un ambiente totalmente pacífico y ejemplarizante.
También es numerosa la afición que les acompaña cuando juega fuera de Bilbao o la masiva afluencia a las ciudades cuando el club llega alguna final.
San Mamés Barria
Hay otro aspecto que une todavía más a los vizcaínos y al Athletic Club: se trata del Estadio de San Mamés, que se conoce como “La Catedral” del fútbol. Un estadio cinco estrellas de reciente edificación donde cada fin de semana hasta 53.000 personas llenan sus gradas para animar a sus jugadores y apoyarlos fielmente hasta el pitido final. Además, no es de extrañar que se premie la labor del rival y jugadores contrarios abandonen el campo bajo una sonora ovación. Algo que es símbolo del carácter cordial y generoso de los vizcaínos y que el club intenta instaurar en los jugadores de categorías inferiores.
