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Señas de identidad
Es de sobra conocido que uno de los grandes tesoros del País Vasco es su gastronomía, representada internacionalmente por laveintena de restaurantes con estrella Michelin que acapara y por chefs de renombre como Berasategui, Subijana, Arzak, Aduriz, Atxa, etc., que han elevado el prestigio culinario vasco hasta el Olimpo de la alta cocina.
Sin embargo, la tradición gastronómica del País Vasco va más allá de los restaurantes de cinco tenedores o los sofisticados platos de autor, que son sólo la punta de lanza de ese arraigado ‘ritual’ que, para los vascos, representa preparar un plato y sentarse a la mesa a disfrutarlo sin prisa. Aquí es donde entran en juego las sociedades gastronómicas, o ‘txokos’, auténticos templos del buen comer.
Estos locales privados constituyen una base importante de la cultura culinaria vasca. Son espacios en los que, además de compartir el tiempo de ocio con amigos y familiares, permite expresarse gastronómicamente en ese ‘altar’ en el que se convierte la cocina de cualquier txoko que se precie.
Aquí, los socios los que se encargan de todo, desde realizar la compra (o cazar, pescar, recolectar…) los alimentos, hasta recoger la mesa. También es tradición, durante la sobremesa o mientras se come, que se cante en grupo, aunque igualmente son populares las partidas de cartas, o las charlas entorno a los deportes tradicionales o el fútbol.
Orígenes
Según datos de sociedadesgastronomicas.com, existen 1.552 sociedades gastronómicas en el País Vasco: 785 en Gipuzkoa, 458 en Bizkaia y 214 en Álava-Araba, que cuentan con más de 32.000 socios. No es de extrañar que Gipuzkoa concentre el mayor número de estos locales, ya que es en este Territorio Histórico donde surgen a mediados del siglo XIX.
Es precisamente en su capital, Donostia-San Sebastián, donde nace la primera sociedad gastronómica: ‘La Fraternal’, fundada en 1843. El auge de la industrialización y el trasvase de población del campo a la ciudad propiciaron el surgimiento de estos espacios, que tomaron el relevo de las sidrerías de las zonas rurales como centros de reunión y disfrute urbano en torno a la mesa.
A partir de esa fecha, las sociedades gastronómicas fueron extendiéndose al resto de Territorios Históricos Vascos. En la actualidad, este fenómeno también se ha extendido incluso a distintos países de América, donde se asienta una importante colonia vasca.
En definitiva, las sociedades gastronómicas son el paraíso del gourmet exigente y sociable, donde comer, cantar, jugar, discutir, “arreglar el mundo”, etc. en un ambiente de camaradería no comparable a ningún otro lugar.
Imágenes: www.sansebastianturismo.com