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El País Vasco no es un territorio homogéneo climatológicamente hablando. Podríamos dividirlo en tres zonas según sus características:la vertiente atlántica, al norte -que englobaría casi todo de los territorios históricos de Bizkaia y Gipuzkoa así como la parte más septentrional de Álava- con sus abundantes precipitaciones y temperaturas moderadas; el sur -la depresión del Ebro y la Rioja Alavesa- con un clima bastante más seco, caluroso en verano y frío en invierno; y la zona media -una franja que ocupa gran parte del Álava- con características de ambos climas.
El invierno y el verano en el País Vasco
En general, el del País Vasco es un clima bastante benévolo. Las temperaturas suaves en verano permiten disfrutar de sus bellas y famosas playas, las montañas o simplemente pasear por la ciudad sin grandes agobios por el excesivo calor. De hecho, muchos turistas que provienen de las provincias del sur del Estado Español se acercan hasta el País Vasco para huir de las altas temperaturas.
Las máximas en verano se sitúan de media entre los 23 y los 27ºC, excepto en olas de calor muy concretas. Las temperaturas medias se acercan a los 20ºC en la costa y a los 18 en la Llanada Alavesa. Las mínimas van de los 12 a los 16 grados centígrados.
En invierno, excepto en determinadas zonas del interior o de montaña, las temperaturas no son muy frías (mínimas que no suelen bajar de los 5ºC y una temperatura media cercana a los 10ºC), por lo que puede decirse que no es una estación excesivamente rigurosa.
La influencia del mar y la montaña
Dos factores son a los que hay que dar las gracias de que el País vasco tenga este tipo de clima. El primero es la latitud. Ubicado entre los 42º y los 43,5º al norte del Ecuador se puede decir que el País Vasco se encuentra en la zona templada del planeta, ya que la iluminación solar está entre las 16 horas en verano y las 9 en invierno. Además la cercanía del mar, en Bizkaia y Gipuzkoa, influye para que las temperaturas no sean tan altas.
Otro aspecto influyente es la orografía. El accidentado relieve del País Vasco hace que los diferentes frentes de lluvias que llegan tanto por el norte como por el sur afecten de manera considerable, lo que hace posible, entre otras cosas, los parajes verdes que pueblan la geografía vasca y que son una de sus señas de identidad.
